Sedentarismo y obesidad infantil, claves para prevenir enfermedades cardiacas

Dec 2 / Raúl Garza
Aunque la literatura médica ha dejado claro que la carga genética es una de las causas de riesgo más relevantes para el desarrollo de enfermedades cardiacas durante la infancia, los cardiólogos han encontrado que factores conductuales como la actividad física y la dieta juegan un papel importante en la aparición de estas afecciones en niños y niñas

De acuerdo con una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y Unicef, el sobrepeso en México es un problema que se presenta desde la primera infancia, pues al menos uno de cada 20 niños y niñas menores de 5 años padece obesidad

Por otro lado, la tendencia del sedentarismo en la infancia va en aumento en la mayoría de los países occidentales, por lo que el control de estos dos factores tiene que tomarse en consideración en cualquier programa de prevención de enfermedades cardiovasculares durante la infancia

Los supuestos mencionados anteriormente están apoyados por los últimos datos sobre hábitos de vida de la población infantil aportados por la Organización Mundial de Salud (OMS), los cuales establecen que cada vez son más los menores que pueden tener problemas cardiovasculares en el futuro ya que uno de cada cinco niños es obeso.

En el mismo sentido, la OMS publicó recientemente en la revista The Lancet Child & Adolescent Health un estudio que indica que el 85 por ciento de las niñas y el 78 por ciento de los niños no llegan al nivel mínimo recomendado de una hora de actividad física al día, por lo que su salud, actual y futura, está comprometida.

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¿Qué podemos hacer para prevenir estas enfermedades?

Es importante subrayar que, aunque las enfermedades del corazón suelen desarrollarse en la edad adulta, los factores de riesgo cardiovascular empiezan a estar presentes en la infancia, por lo que es necesario que como padres o tutores centren sus esfuerzos en generar buenos hábitos, teniendo en cuenta que estos se mantendrán a lo largo de la vida si se inician a edades tempranas.

Dieta saludable para el corazón

La principal causa de obesidad infantil es el consumo de alimentos procesados, con alto contenido en azúcar y grasas saturadas. Asimismo, los cardiólogos han demostrado que este tipo de alimentos puede producir una acumulación de colesterol en las arterias y endurecerlas; una afección llamada aterosclerosis, que puede presentarse incluso en niños de entre 10 y 15 años de edad. 

Por lo anterior, los expertos han aconsejado a los padres prestar mucha atención a la alimentación de sus hijos desde la primera infancia.

Todos los niños mayores de 2 años deben seguir una dieta que incluya productos lácteos bajos en grasa y para los niños entre las edades de 12 meses y 2 años con antecedentes familiares de obesidad, grasas sanguíneas anormales o enfermedades cardiovasculares, se debe considerar la leche baja en grasa.

En el mismo sentido, se recomienda que los niños coman frutas y verduras durante el día, pues se ha demostrado una correlación entre el consumo de estos alimentos y un riesgo reducido de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Algunos consejos para mejorar la dieta de tus pequeños:

  • Es necesario poner en la mesa y ofrecer a los niños diferentes tipos de frutas y verduras y mostrarles cómo sus padres también las comen
  • Si tu pequeño o pequeña rechaza alguna comida específica intenta ofrecerle una cantidad muy pequeña por 20 días seguidos
  • Incentiva el consumo de frutas y verduras elogiando y premiando a tus pequeños cada vez que se atrevan a probar algo nuevo
  • Aprovechar el gran surtido de frutas y verduras de temporada y no le ofrezcas al niño siempre lo mismo
  • Haz atractivas las frutas combinándolas en ensaladas, preparando batidos, jugos naturales o cortándolas de formas divertidas

Medidas relacionadas con el ejercicio físico

La vida moderna ha promovido la disminución de los tiempos de recreación física de los niños debido a la introducción de nuevas tecnologías como la computadora personal, las tabletas, los videojuegos, los smartphones y el acceso en todo momento a internet. Por ello, los expertos recomiendan incluir una hora diaria de actividad física, limitar actividades sedentarias a menos de dos horas por día y fomentar la participación en ejercicios recreativos o competitivos.

Entre los beneficios para la salud que aporta un estilo de vida físicamente activo está la mejora de la capacidad cardiorrespiratoria y muscular, la salud ósea y cardiometabólica, y efectos positivos sobre el peso. Asimismo, cada vez hay más pruebas de que la actividad física tiene un efecto positivo sobre el desarrollo cognitivo y la socialización. 

Consejos generales para cuidar el corazón

  • Minimizar o eliminar el consumo de refrescos y jugos azucarados
  • Promover el consumo de cinco o más porciones diarias de frutas y verduras
  • Limitar el tiempo de horas pantalla/día a menos de dos, evitando el televisor y la computadora en el dormitorio
  • Realizar las cuatro comidas principales, destacando la importancia del desayuno y el consumo de leche o sus derivados descremados
  • Evitar el consumo diario de alimentos muy calóricos
  • Controlar el tamaño de las porciones y las comidas fuera de horario
  • Limitar las comidas fuera del hogar, sobre todo la comida chatarra
  • Fomentar el autocontrol de los hábitos alimentarios evitando las medidas restrictivas
  • Fomentar las comidas en familia


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